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Tuesday, June 21, 2016

Una buena alimentación, fundamental para mantenerte bella

Lograr una belleza perdurable depende de la incorporación de hábitos saludables. Es fundamental una alimentación balanceada.


Con especial incidencia en el mundo occidental, los “nutricosméticos” son sustancias comestibles que prometen beneficios para que la piel luzca sana y radiante, retrasar el envejecimiento de las células y hasta ayudar a conseguir un bronceado perfecto.
Los complementos en forma de cápsulas o comprimidos se han usado desde hace mucho tiempo, pero no reemplazan las rutinas de cuidados diarios, con cosméticos o medicamentos, sino que pueden complementarlas.
Además, la mayoría de los principios activos presentes en estos complementos se encuentran en frutas, verduras o cereales, de manera que es discutible el beneficio de agregarlos a la dieta cuando ésta es completa, variada y suficiente, y está acompañada de una ingesta adecuada de líquidos.
Es decir, la dieta es mejor que los suplementos. Además, hay que tener en cuenta que algunos de venta libre contienen concentraciones insuficientes y, por lo tanto, no son efectivos. Es conveniente ingerirlos por períodos cortos y bajo supervisión médica.
La convergencia de cosméticos y alimentos, llamados nutricosméticos se refiere a la suplementación por vía oral de nutrientes, con la idea de generar efectos antiage (antienvejecimiento), reducir arrugas a través de la disminución de radicales libres inducidos por la radiación solar.
Los nutricosméticos contienen antioxidantes como carotenoides (betacaroteno, licopeno, luteína, xantinas) y polifenoles.
Los carotenoides son una clase de pigmentos liposolubles que se encuentran en frutas y hortalizas. Participan en el sistema antioxidante del organismo interfiriendo en las reacciones en cadena de la peroxidación lipídica. También intervienen a favor de la síntesis de melanina y actúan como filtro natural de la radiación ultravioleta.
Los suplementos de betacaroteno se emplean como fotoprotectores de la piel. El betacaroteno abunda en frutas y hortalizas de color anaranjado, bayas rojas y vegetales de color verde oscuro. Deben tomarse durante un período largo, pues su efectividad se ha demostrado en estudios de 8 a 12 semanas de duración.
El extracto de tomate, además de ser rico en licopeno, presenta otras sustancias antioxidantes como los antocianos y la vitamina E, que potencian y refuerzan su acción. La suplementación de la dieta con pasta de tomate y productos elaborados principalmente con el extracto natural del tomate disminuye los daños producidos en el ADN celular que pudieran provocar los rayos ultravioletas.
Los compuestos polifenólicos tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, cualidad que los perfila como la alternativa indicada para retrasar los procesos de envejecimiento.
Es importante señalar que no todos los polifenoles son biodisponibles y seguros para el ser humano, sino que influye enormemente el tratamiento culinario, la manipulación y el grado de madurez del sustrato.
El consumo habitual de productos que contengan isoflavonas de soja tiene el potencial de prevenir la sequedad de la piel y de retrasar la aparición de arrugas. Además, intervienen en la disminución de estrógenos de la menopausia frenando.
El extracto de té verde es rico en catequinas monoméricas que modulan los caminos bioquímicos involucrados en la respuesta inflamatoria y la proliferación celular. Es efectivo para evitar el daño celular producido en la piel humana por los rayos ultravioletas. Sin embargo, no se ha determinado la dosis necesaria para observar mejoras en el fotorrejuvenecimiento clínicamente cuantificables. Ingerido por vía oral, mejora la elasticidad de los tejidos en mujeres con fotoenvejecimiento moderado.
Los extractos ricos en proantocianidinas poseen efectos benéficos en la circulación venosa. Son compuestos que se pueden encontrar, principalmente, en bayas silvestres, vino tinto, uvas y manzanas, entre otros.
El extracto de espinacas tiene las mismas propiedades del té verde, pero potenciadas. Además, suma las de la vitamina E.
La suplementación alimenticia con dosis moderadamente elevadas de vitaminas C y E ejerce un papel fotoprotector en la piel. Los cítricos, las frutas y bayas rojas y algunas especies tropicales como caqui, kiwi o mango son ricas en vitamina C. Los aceites vegetales, frutos secos, germen de trigo y verduras de hoja verde lo son en vitamina E.
Estas sustancias antioxidantes actúan una vez que la radiación ultravioleta ha penetrado en la piel, reaccionado con los cromóforos presentes para la generación de radicales libres de oxígeno. Así, las vitaminas C y E luchan contra el daño producido en la elastina y el colágeno, es decir, para promover la regeneración celular.
La dermatitis suele ser uno de los síntomas en las deficiencias graves de vitaminas del grupo B, por lo que es importante realizar un aporte dietético adecuado.
Los ácidos grasos esenciales son parte integral de las membranas celulares de la epidermis. Su deficiencia afecta directamente de manera negativa en la efectividad de la barrera cutánea y tiende a elevar la pérdida de agua en detrimento de la apariencia de la piel. Están involucrados en la producción de prostaglandinas, que modulan el balance hormonal, el tono vascular y la inflamación. La composición de la grasa de la piel está influenciada por el tipo de grasas que se ingieren. Puede haber una relación inversamente proporcional entre la ingesta de grasa y el fotoenvejecimiento, así como entre la grasa monoinsaturada y el fotoenvejecimiento.
Los ácidos poliinsaturados de cadena larga Omega 3 de aceites de pescado azul, como el ácido eicosapentaenoico, protegen frente al eritema solar ya que disminuyen la producción de prostaglandina E2.
En cuanto a los minerales, el selenio actúa sinérgicamente junto con la vitamina E en los sistemas biológicos antioxidantes. El zinc es un elemento esencial de la enzima antioxidante superóxido dismutasa y participa en los procesos de renovación celular. El zinc está involucrado en la funcionalidad de las glándulas sebáceas, la activación hormonal, la formación de las proteínas portadoras de vitamina A, la regeneración tisular y el control de los procesos inflamatorios. Parece evidente que para conseguir una piel saludable la ingesta de zinc debe ser correcta.


Dra. Adriana Raimondi, médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y de la Academia Americana de Dermatología.

Tuesday, January 26, 2016

Comer sano y variado ayuda a tener una mejor piel

Una dieta equilibrada, sin excesos, y una buena hidratación son ideales para mantener una piel sana y retardar su envejecimiento


 
La alimentación es una herramienta decisiva para combatir el envejecimiento. Por ejemplo, es importante el aporte proteico (carnes magras, huevos, leche, entre otros). El pelo y las uñas son proteína pura que todo el tiempo se está sintetizando.
En cambio, no son tan recomendables los alimentos muy azucarados porque generan inflamación y provocan procesos que tienden al envejecimiento de la piel.
Las frutas y las verduras poseen gran cantidad de agua, muy útil para mantener la piel hidratada. Una de las formas en que observamos el envejecimiento es por falta de líquidos y grasas. Las frutas y verduras que aportan vitamina C también son ricas en nutrientes. Corrigen los procesos oxidativos a nivel celular, provocados por el sol, el envejecimiento normal de las células, los factores ambientales y el tabaco. Por ello, no hay que perder de vista los cítricos y las frutas rojas, ricos en vitamina C.
Otras a tener en cuenta son las de color amarillo y naranja, que contienen betacaroteno, un precursor de la vitamina A, muy buena para las estructuras epiteliares.
Seguir únicamente una dieta vegetariana tiene la dificultad de la falta de hierro, presente en las carnes rojas y es difícil de reemplazar. Algunas vitaminas del complejo B escasean en los vegetales. Por lo tanto, hacen falta carnes y pescados. Todo en su justa medida.
En cuanto a la celulitis, hay varios aspectos que confluyen. Uno de los más importantes es la retención de líquidos. Y las frutas y verduras suelen ser muy bajas en sodio! Por eso, desde el punto de vista circulatorio, podrían beneficiar a su disminución. También por su bajo contenido en azúcar.
Pero no es lo mismo comer una naranja que aplicar una crema con compuestos cítricos. La primera contiene vitamina C que se absorbe fácilmente por vía digestiva, en cambio, una crema con este principio no siempre está bien vehiculizada y es difícil que la aplicación tópica realmente llegue a destino a través de la piel. Entonces, mejor comerse una naranja.
Por último, el exceso de alcohol, café, tabaco y el sol influyen en el envejecimiento.