Si queremos mantener el bronceado que
iremos acumulando, dependerá de cuánto se descame la piel. El sol la reseca,
sobre todo, si no se la humecta adecuadamente. Es justamente esta sequedad la
que produce una mayor descamación y, por ende, una pérdida más rápida del
color.
Por lo tanto, hay mantenerla bien
hidratada para que no se pele. Para el cuerpo, es mejor optar por cremas con
colágeno, aloe vera o ceramidas, es decir, con nutrientes que retengan el agua.
Para la cara, las cremas deben incluir sustancias que también retengan y capten
agua. En todos los casos, las descongestivas, con aloe vera, disminuyen la
inflamación.
Durante los días de exposición al sol,
es más sano arrimarse de a poco. Además, ayuda a conservar el bronceado. De
esta manera, la piel no se inflama, no se pela ni pierde el tono logrado.
No olvidar los productos post-solares
con vitaminas A, D y E, para mejorar las condiciones, con la hidratación y
luminosidad necesarias.
Las cremas hidratantes con color se
presentan en distintos tonos, y el adecuado puede acompañar por más tiempo el
bronceado logrado. Por otra parte, los autobronceantes, aplicados dos o tres
veces por semana también lo mantienen durante más días. Estos productos
contienen dihidroxiacetona, sustancia que ayuda a que el color perdure. Si bien
secan la piel, se necesita un mayor cuidado en la hidratación.
Ingerir betacarotenos, presentes en zanahoria y zapallo, contribuye a
lograr un mejor tono. Tampoco olvidar los dos litros diarios de agua, tan
necesarios para el organismo durante todo el año.
Codos, rodillas y pies
La piel de codos y rodillas es una
superficie bastante más áspera y reseca que el resto del cuerpo, pero, si
además no se cuida como corresponde, puede adquirir aspecto rugoso y poco
atractivo. Se recomienda someterlos a una rutina semanal de limpieza y
exfoliación, y diariamente aplicar humectantes.
La exfoliación se puede hacer durante
la ducha, con esponja vegetal y crema de sílice o pulidora, o en gabinete.
Aprovechar el baño para pasar piedra
pómez en los talones.
Si codos, rodillas y talones están
demasiado secos, hay que extender una generosa capa de crema sobre ellos antes
de acostarse. Evitar el uso de talcos porque resecan.
Si la piel toma un aspecto demasiado
rugoso o se descama más de la cuenta, hay que consultar con el dermatólogo.
Atención: no exagerar con la exfoliación ya
que, a veces, la piel responde con un mayor engrosamiento.
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