La mayoría de los autobronceantes funcionan de la misma manera: emplean
una sustancia inocua, con afinidad con la piel, llamada dihidroxiacetona (DHA),
que interactúa con los aminoácidos de las células superficiales para darle un
bronceado temporal.
Se usa desde hace 40 años y se considera el agente autobronceador más
importante. Su jerarquía se ha ido incrementando en forma continuada, a medida
que ha aumentado el conocimiento de los daños producidos por la exposición a
las radiaciones ultravioletas.
Desde la década del 60, se presentan en formulaciones clásicas, como
cremas, emulsiones, geles y spray. En los inicios, eran brillos color
naranja intenso, pero en la actualidad el contenido de DHA indica
cómo y cuán rápido la piel cambiará de tono.
La DHA viene en distintas concentraciones según el producto elegido.
Aquellos con un 2% oscurecerán levemente la piel y los de 3 a 6% provocarán un
tono más oscuro. En general, hay líneas con productos más concentrado para uso
corporal y otros para uso facial.
El color que se consigue con los autobronceantes depende de la cantidad
que se emplee, la concentración de DHA, la frecuencia de aplicación y el color
natural de la piel.
Un bronceado artificial no protege la piel contra los efectos de los
rayos del sol. El hecho de que se vea tostada no significa que se haya hecho
más resistente al sol. Por lo tanto, si el autobronceante no contiene protector
(y la mayoría no lo contiene), habrá que aplicar uno antes de exponerse al sol.
Para un mejor resultado, hay que aplicarlo en pequeñas cantidades,
preferentemente, luego de una exfoliación y una ducha, y esparcirlo de manera pareja,
para evitar diferencias en la absorción y manchas. La frecuencia puede ser
diaria, o en días alternos según el resultado buscado.
En los últimos tiempos, algunas empresas cosméticas han incorporado
cremas o emulsiones de uso diario que agregan a sus propiedades hidratantes,
capacidad autobronceante para uso facial y corporal, en concentraciones menores
a las usadas clásicamente, lo que da un tono bronceado liviano todo el año.
Lo más novedoso son los sistemas de spray autobronceante con pincel de
aire, que brindan un tostado más uniforme, cubriendo todo el cuerpo, aun donde
normalmente la aplicación manual no lo permite. Deben realizarse una vez por
semana.
En cuanto a las píldoras bronceadoras, son en base a beta caroteno, que
da un color naranja por acumulación en la piel. Tomarlas en grandes
cantidades puede producir reacciones adversas y respuestas alérgicas.
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